Todo parecía un día lunes típico de Enero, mi hijo se iba al jardín, mi esposa a trabajar y yo me quedaría a hacer algunos trámites, hacer aseo y la comida de mi hijo. Sin embargo, todo cambió derepente. Un mensaje de mi esposa diciendo "murió Bowie" me dejó atónito... "Qué!?" respondí prontamente, como esperando que fuese algún tipo de broma, una confusión un malentendido o algo similar, pero su mensaje de vuelta era categórico, "prende la radio, murió Bowie".
De inmediato me puse a recorrer mi Twitter y vi los mensajes de saludos y afecto hacía Bowie... aún no lo creía... siempre adimiré mucho el trabajo de Bowie, no sólo en lo músical, sino también en lo visual, de hecho creo que su puesta en escena, el personaje que fue capaz de crear es simplemente cautivante.
Mientras me enteraba de lo sucedido, las canciones hacían eco en mi mente y como una gran rockola, repasaba aquellas canciones que me han acompañado hace tanto tiempo y que han sido la banda sonora de muchas generaciones.
No voy a caer en reparos de los detalles discográficos, de la genialidad y creatividad musical que tenía Bowie, eso está y perdurará por siempre pues su influencia es inimaginable. Sólo quiero destacar lo trágico de su partida, un genio que hasta el último momento estuvo trabajando para entregar al mundo su talento. Sólo hace un par de día celebramos el lanzamiento de su último disco, el cual es genial, pero con su partida se hace más significativo ya que ahora es una especie de regalo místico, el epitafio de su partida, quizá sin quererlo dejó un mensaje a todos los que disfrutamos de su talento.
Gracias David Bowie, no sólo por la música, también por esos papeles cinematográficos geniales como los de las películas "El Laberinto" o su interpretación de Tesla en "The Prestige" o su mítica participación como el agente Phillip Jeffries en la clásica "Twin Peaks: Fire Walk With Me". En fin, espero que hayas disfrutado tu último baile Bowie y estoy seguro que ahora te transformarás en el Starman que simpre por dentro.
